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Percée dans les longues négociations sur la réforme fiscale du G20/OCDE ?

ES (FR CI-DESSOUS) El comunicado de la reunión de Finanzas del G20 de la semana pasada tenía la formulación habitual sobre las negociaciones fiscales internacionales en curso: todo en marcha, pero ningún avance. Los artículos de prensa y una presentación formal del Tesoro estadounidense en el ...

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ES (FR CI-DESSOUS)

El comunicado de la reunión de Finanzas del G20 de la semana pasada tenía la formulación habitual sobre las negociaciones fiscales internacionales en curso: todo en marcha, pero ningún avance.
Los artículos de prensa y una presentación formal del Tesoro estadounidense en el Marco Inclusivo organizado por la OCDE cuentan una historia diferente.
Al parecer, la nueva Administración estadounidense ha presentado una propuesta que podría impulsar significativamente las negociaciones en curso.
De confirmarse, la introducción de un tipo impositivo mínimo global del 21% constituiría un paso pionero hacia la restricción de la competencia fiscal entre países y la erradicación de los paraísos fiscales.
Al parecer, la Administración estadounidense también se inclinaría por un Pilar 1 simplificado: en lugar de una reforma aplicable a los «servicios digitales automatizados» y a las «empresas orientadas al consumidor», la propuesta consistiría en volver a centrarse en las tasas de rentabilidad en general, apuntando a las grandes multinacionales, sean o no empresas digitales.

 

El 7 de abril de 2021, el G20 Finanzas hizo público un comunicado tras la reunión de sus ministros de Finanzas. Este comunicado no proporciona mucha información sobre la situación de las negociaciones de reforma fiscal auspiciadas por la OCDE. Constata «buenos progresos» y renueva el compromiso del G20 de alcanzar un consenso global para mediados de 2021. El informe de la OCDE al G20, publicado el mismo día, no ofrece más detalles, limitándose a recordar que el Marco Inclusivo continúa la labor de perfeccionamiento y simplificación de las propuestas del Primer Pilar y del Segundo Pilar. Mientras que el lenguaje oficial revela poco sobre la situación actual, los informes de los medios de comunicación concomitantes al comunicado de prensa del G20 ofrecen información mucho más interesante. El 5 de abril, la secretaria del Tesoro, Yellen, defendió enérgicamente un impuesto mínimo global, manteniendo también el apoyo oficial al primer pilar. El 8 de abril, una presentación filtrada del Tesoro estadounidense a la OCDE confirma esta prioridad, pero no especifica claramente cuál sería un tipo aceptable. En su lugar, la presentación describe la reforma nacional pendiente, que incluye en particular el aumento del tipo GILTI (el equivalente nacional del Pilar 2) del 10% al 21%. Los informes de prensa parecen creer que la Administración estadounidense hizo una propuesta para un tipo del 21%. Una reforma multilateral de este tipo sería, en efecto, una sólida garantía de que las reformas internas estadounidenses no están siendo socavadas por otros países. La presentación filtrada también contiene nuevos elementos que simplifican considerablemente el Pilar 1. El contraste de tono con el Pilar 2 es sorprendente: mientras que el Tesoro estadounidense parece mantenerse cauto a la hora de poner por escrito propuestas concretas para el Pilar 2, sus intenciones con respecto al Pilar 1 son inequívocas. EE.UU. sugiere adoptar un ámbito de aplicación mucho más simplificado para el Pilar 1, suprimiendo los conceptos de «servicios digitales automatizados» y «empresas orientadas al consumidor», y volver a centrarse en las tasas de rentabilidad. El nuevo impuesto se aplicaría a las multinacionales más grandes y rentables, sean o no negocios digitales. La presentación sugiere centrarse en un conjunto de 100 multinacionales y reasignar un porcentaje de sus beneficios en función de un factor de ventas. Si se confirma, la ambición estadounidense para el Pilar 2 podría impulsar las negociaciones. En particular, la introducción de un tipo impositivo mínimo global del 21% es un paso pionero hacia la restricción de la competencia fiscal entre países y la erradicación de los paraísos fiscales. Desde el punto de vista de los ingresos, las ganancias de una reforma de este tipo serían significativas y ofrecerían a los países un respiro muy necesario para ayudar a financiar los servicios públicos y allanar el camino hacia la recuperación. En cuanto al Pilar 1, el TUAC había expresado en repetidas ocasiones su preocupación por la complejidad y la inestabilidad del ámbito de aplicación, pidiendo un cambio hacia una fiscalidad global de los beneficios excesivos y argumentando que un nuevo enfoque en la rentabilidad supondría una desviación muy bienvenida de las cuestiones de ámbito de aplicación. La propuesta estadounidense parece avanzar en esta dirección. Sin embargo, el impacto real de esta propuesta estadounidense para renovar el Pilar 1 sigue sin estar claro. ¿Ofrecería un Pilar 1 aplicable a las 100 mayores multinacionales perspectivas de ingresos suficientes para que los países estuvieran dispuestos a renunciar a sus iniciativas unilaterales? De hecho, hay que tener en cuenta que al ratificar un acuerdo sobre el Pilar 1, los países se comprometerían al mismo tiempo a retirar sus impuestos sobre los servicios digitales.

Por lo tanto, una cuestión clave es asegurarse de que el Pilar 1 ofrezca suficientes perspectivas de ingresos para que los países no salgan perdiendo en el proceso. La propuesta estadounidense no da ninguna cifra, ni ofrece explicaciones sobre las medidas unilaterales que los países podrían conservar. En cualquier caso, el Pilar 1 – cualquiera que sea la forma que adopte – no debe considerarse como el final del camino, sino como un primer paso hacia una reforma fundamental de las normas fiscales internacionales, basada en la imposición unitaria y en un reparto mediante fórmulas cuidadosamente equilibradas.

 

 

FR

Le communiqué de la réunion du G20 Finances de la semaine dernière contenait les termes habituels sur les négociations fiscales internationales en cours : tout est sur la bonne voie, mais pas d’accord. Mais des articles de presse et une présentation officielle du Trésor américain au Cadre inclusif de l’OCDE racontent une histoire différente. La nouvelle administration américaine aurait fait une proposition qui pourrait donner un coup de fouet aux négociations en cours. Si elle est confirmée, l’introduction d’un taux d’imposition minimum mondial de 21 % constituerait une avancée révolutionnaire pour freiner la concurrence fiscale entre les pays et l’éradication des paradis fiscaux. L’administration américaine pencherait également pour une réforme simplifiée du Pilier 1 : au lieu d’une réforme destinée aux » services numériques automatisés » et aux » activités tournées vers les consommateurs «, la proposition serait de se recentrer sur la rentabilité des entreprises au sens large, en visant les grandes multinationales, qu’elles soient ou non des entreprises numériques.

 

Le 7 avril 2021, le G20 Finances a publié un communiqué suite à la réunion de ses ministres des Finances. Ce communiqué ne fournit pas beaucoup d’informations sur l’état d’avancement des négociations sur la réforme fiscale menées sous l’égide de l’OCDE. Il note des «progrès satisfaisants» et renouvelle l’engagement du G20 de parvenir à un consensus mondial d’ici la mi-2021. Le rapport de l’OCDE au G20, publié le même jour, ne fournit pas plus de détails, se contentant de rappeler que le Cadre inclusif poursuit les travaux visant à affiner et à simplifier les propositions des Piliers 1 et 2. Si el lenguaje oficial revela poco sobre el estado actual de las cosas, los informes de los medios paralelos al comunicado de prensa del G20 ofrecen información mucho más interesante. Le 5 avril, la Secrétaire Américaine au Trésor, Mme Yellen, a plaidé avec force en faveur d’un impôt minimum mondial, tout en maintenant son soutien officiel au Pilier 1. Le 8 avril, une présentation du Trésor américain à l’OCDE, qui a fait l’objet d’une fuite, confirme cette priorité mais ne précise pas clairement ce que serait un taux acceptable. En su lugar, la presentación describe las reformas nacionales en curso, en particular el aumento del índice GILTI (el equivalente nacional del Pilier 2) del 10 al 21 %. La presse semble savoir que l’administration américaine a fait une proposition pour un taux à 21%. Une telle réforme multilatérale constituerait en effet une garantie solide que les réformes nationales américaines ne soient pas sapées par d’autres pays. La presentación contiene además nuevos elementos que simplifican considerablemente el Pilier 1. Le contraste de ton avec le Pilier 2 est frappant : alors que le Trésor américain semble rester prudent dans la mise par écrit de propositions concrètes pour le Pilier 2, ses intentions concernant le Pilier 1 sont sans équivoque. Les Etats-Unis suggèrent d’adopter un champ d’application beaucoup plus simple pour le Pilier 1 en supprimant les concepts de «services numériques automatisés» et d'»entreprises tournées vers le consommateur» et de se recentrer sur les taux de rentabilité. La nueva fiscalidad se aplicará a las multinacionales más grandes y rentables, sean o no empresas digitales. La présentation suggère de se concentrer sur un ensemble de 100 multinationales, et de réaffecter un pourcentage de leurs bénéfices en fonction d’un facteur de vente. Si elle est confirmée, l’ambition américaine pour le Pilier 2 pourrait dynamiser les négociations. En particulier, l’introduction d’un taux d’imposition minimum mondial de 21 % est une mesure novatrice freinant la concurrence fiscale entre les pays et éradiquant les paradis fiscaux. En términos de recortes fiscales, las ganancias de una reforma de este tipo serían significativas y ofrecerían a los países un margen de maniobra indispensable para financiar los servicios públicos y abrir la vía a la recuperación. En lo que respecta al Pilier 1, el TUAC ha expresado en varias ocasiones sus preocupaciones en cuanto a la complejidad y la inestabilidad del campo de aplicación. Le TUAC a appelé à un passage à une taxe mondiale sur les bénéfices excédentaires, faisant valoir qu’un recentrage sur la rentabilité apporterait un détournement bienvenu des questions de champ d’application. La proposition américaine semble aller dans ce sens.

Toutefois, l’impact réel de cette proposition américaine de réorganiser le Pilier 1 reste flou. Un Pilier 1 aplicable a las 100 multinacionales más grandes ¿ofrecería perspectivas de ingresos suficientes para que los países estuvieran dispuestos a renunciar a sus iniciativas unilaterales? En efecto, hay que tener presente que al ratificar un acuerdo sobre el Piloto 1, los países se comprometen al mismo tiempo a retirar sus impuestos sobre los servicios numéricos. Por lo tanto, es esencial asegurarse de que el Pilier 1 ofrezca perspectivas de ingresos suficientes para que los países no pierdan en el proceso. La proposition américaine ne donne aucun chiffre ; elle ne fournit pas non plus d’explications quant aux mesures unilatérales que les pays pourraient être en mesure de conserver. En tout état de cause, le Pilier 1 – quelle que soit la forme qu’il prendra – ne doit pas être considéré comme le bout du chemin, mais comme une première étape vers une réforme fondamentale des règles de la fiscalité internationale, fondée sur la taxation unitaire et une formule de répartition soigneusement équilibrée.