Publicación de las Perspectivas Económicas de la OCDE, mayo de 2021
Biden y las vacunas elevan las previsiones de crecimiento – Sin embargo, una recuperación desigual por la precariedad del empleo y la contención salarial
Principales conclusiones
Las Perspectivas Económicas de la OCDE (mayo de 2021) mejoran sus previsiones de PIB mundial para 2021, pasando del 5,6% en marzo al 5,8% actual. Se trata de una cifra considerable, sobre todo si se tiene en cuenta que a finales de 2020 las previsiones de crecimiento de la OCDE para 2021 aún se situaban en torno al 4%. Los principales motores de la recuperación son el estímulo fiscal estadounidense y la aceleración de las campañas de vacunación en las economías avanzadas.
- Sin embargo, estas cifras enmascaran proyecciones económicas muy divergentes entre las economías desarrolladas y las de mercados emergentes, que se enfrentan a enormes retos para vacunar a la población, al tiempo que disponen de un espacio fiscal y monetario más limitado para hacer frente a la crisis.
- Aunque se espera que la economía mundial se recupere más rápido de lo previsto, las señales en el mercado laboral siguen siendo angustiosas: en marzo de 2021, había 7,5 millones más de personas desempleadas en toda la OCDE que antes de la crisis. Las mujeres, los jóvenes y los trabajadores de bajos ingresos son los que corren mayor riesgo de perder sus puestos de trabajo, mientras que los países que ya sufrían mayores niveles de desempleo antes de la pandemia serán también los que se enfrenten a una recuperación más lenta del empleo después de Covid-19. Sin embargo, la solución propuesta en las Perspectivas Económicas sigue siendo muy limitada, centrada en las políticas de educación y recualificación. La publicación no menciona la necesidad de reforzar las instituciones del mercado laboral ni el importante papel que debe desempeñar la negociación colectiva en la recuperación.
- La inflación está en aumento, pero según la OCDE se puede explicar sobre todo como un fenómeno a corto plazo, debido a las presiones deflacionistas del año pasado, a un desajuste a corto plazo entre la demanda y la oferta y al aumento de los costes del transporte. A largo plazo, se espera que la inflación siga siendo moderada, sobre todo por el estancamiento de los salarios en la mayoría de las economías. La OCDE no profundiza en este asunto, pero debería dar una importante señal de alarma, aludiendo al hecho de que los trabajadores seguirán soportando los costes de la crisis en los próximos años, así como a la fragilidad de la demanda agregada a largo plazo.
- Las Perspectivas Económicas señalan una serie de riesgos en el sector empresarial no financiero, desde el alto nivel de deuda empresarial, que deprime la inversión, hasta la erosión de la calidad de la deuda pendiente y el riesgo de “zombificación” de las empresas no viables que sobreviven gracias a las medidas de apoyo público.
- En cuanto a las necesidades políticas, la OCDE confirma la necesidad de un apoyo fiscal y monetario sostenido y de reformas estructurales expansivas, como la inversión en infraestructuras públicas.