La transformación digital se ha convertido en uno de los principales temas de la política pública en menos de una década, lo que demuestra sus efectos rápidos y perturbadores en casi todos los sectores económicos, la vida cotidiana y el mundo del trabajo. Dos años después del inicio del Proyecto horizontal de la OCDE Going Digital y el ultimo “Foro sindical sobre la digitalización y el futuro del trabajo” de la TUAC, la primera fase del proyecto presenta sus resultados conclusivos en su Cumbre final (11-12 de marzo de 2019). En este contexto, es importante entablar un balance no sólo de los nuevos datos publicados (véase el “Informe de medición”), sino también hacer una reflexión sobre las políticas (el “Informe de síntesis”) aportadas por el proyecto de mayor magnitud realizado hasta la fecha por la organización y sopesarlas en base a las perspectivas sindicales.
A pesar de los enormes esfuerzos para reunir la experiencia de la OCDE en casi todos los ámbitos imaginables de las políticas, el resultado de la Primera fase del proyecto Going Digital no ofrece una perspectiva suficientemente equilibrada. Algunas partes del análisis (y, por lo tanto, las recomendaciones) son más profundas que otras. Unas muestran una nueva forma de entender las políticas, otras se mantienen claramente en el ámbito de una combinación de políticas ortodoxas que solamente se aplican a la digitalización y no viceversa.
Se examinaron siete áreas temáticas desde diversos ángulos de la política en los que participaron 10 Direcciones y un Grupo Directivo de la OCDE integrados por funcionarios gubernamentales, expertos y partes interesadas, incluyendo la Comisión Sindical Consultiva (TUAC) ante la OCDE. Aun cuando los datos proporcionados son abundantes, al igual que la descripción de la transformación propiamente dicha, las recomendaciones en materia de políticas en el informe “Shaping Policies, Improving Lives” no logran dominar eficazmente los modelos de negocio disruptivos y a controlar la difusión tecnológica.
TUAC pidió para la transformación digital un enfoque centrado en el ser humano y una transición justa, que reconociera sus oportunidades, pero también subrayara los riesgos de sobreestimarla.
El informe cumple en cierta medida con esta perspectiva, pero los mensajes clave ocupan mucho espacio en una visión demasiado optimista de “dinamismo empresarial” y la necesidad de adaptar (y no de revisar) la regulación existente y facilitar el uso de “espacios de seguridad reguladores”. La estrategia para la implementación ofrece una perspectiva de arriba hacia abajo, enfocada hacia el “centro de gobierno” y los altos ejecutivos y hace limitadas referencias a las partes interesadas. La próxima fase del proyecto Going Digital podría orientarse más hacia la gobernanza democrática y el principio de precaución que impulsa la regulación para proteger a las personas contra los riesgos digitales y garantizar que las ventajas se compartan de manera equitativa .
La digitalización ofrece oportunidades que pueden aprovecharse, …
- La digitalización podría dar lugar a una mayor productividad y a un crecimiento inclusivo siempre que los beneficios sean adecuadamente compartidos
- Los lugares de trabajo pueden volverse más seguros y ecológicos, al tiempo que se mejora el equilibrio entre la vida personal y el trabajo
- Con la gobernanza correcta y la financiación adecuada, las personas pueden beneficiarse de un aprendizaje permanente.
… pero también muchos riesgos de sobreestimación que es preciso abordar:
- La automatización podría dar lugar al desplazamiento del 14% del total de empleos en los próximos 10 a 20 años y a una transformación importante de la mitad de los puestos de trabajo
- Las relaciones de empleo atípicas proliferan por encima del arbitraje regulador
- Las mujeres siguen ganando un 24% menos que los hombres según la media de la OCDE y la inteligencia artificial está diseñada principalmente por los hombres en unos pocos países que se han visto estimulados por un marcado crecimiento de las inversiones de capital privado
- La mitad de la población mundial no está conectada a Internet
- Los futuros desafíos en relación con la formación y la protección social se enfrentan a la nefasta realidad de la falta de recursos de los sistemas públicos y a la evasión fiscal.
Going Digital ofrece algunas ideas novedosas:
- una buena visión general de los factores que dan forma y aceleran la transformación digital, incluyendo el ecosistema digital (así como la inteligencia artificial), los nuevos modelos de negocio y la revolución de los datos (con una diferenciación de los tipos de datos);
- un debate dedicado al “empleo” que reconozca el papel desempeñado por el diálogo social y las instituciones del mercado de trabajo (incluidos los salarios mínimos) y analice el potencial de automatización basado en el contenido de las tareas/competencias y establezca un equilibrio entre la flexibilidad y la seguridad para los trabajadores (también al abordar las cuestiones positivas y negativas relacionadas con las nuevas formas de trabajo atípicas);
- una visión de las transformaciones del sector y la noción de una brecha entre productividad y salario
- da buena cuenta de la concentración del mercado en la economía digital y el reconocimiento del arbitraje regulador en la economía de plataformas en línea que afectan a los trabajadores
- las importantes preocupaciones del consumidor y las oportunidades que representa el uso de las tecnologías para el bien público.
Sin embargo, el informe de la OCDE contribuye en gran medida a promover la apertura del mercado, la innovación del sector privado y las asociaciones público-privadas. Presenta una postura acrítica sobre los fondos de capital riesgo y de capital privado apenas regulados. Y, a veces, mantiene una postura de “reforma estructural” bastante tradicional sobre la reducción de la legislación relativa a la protección del empleo, además de centrarse principalmente en las competencias como factor explicativo y panacea para los desafíos que plantea el mercado de trabajo.
Y no destaca adecuadamente:
- un enfoque centrado en el ser humano para la difusión tecnológica (incluyendo una discusión más exhaustiva sobre los cambios organizacionales en el trabajo, así como la consulta y la potenciación de, por ejemplo, los trabajadores del sector público y los docentes, la vigilancia y la seguridad en el trabajo) y el papel desempeñado por la política industrial;
- un marco político de transición justa para los trabajadores y la creación de un vínculo más sólido con el cambio climático;
- el vínculo entre la excesiva concentración corporativa y las plataformas en línea y la necesidad de revisar las reglas y objetivos de la competencia (más allá de defender los intereses de los consumidores a corto plazo);
- la debilidad del marco de gobernanza de los fondos de capital privado y/o de las empresas privadas (“unicornios”); y
- la conectividad y difusión en los países en desarrollo, así como la creciente complejidad de las cadenas de valor mundiales.
La agenda futura de la OCDE
El proyecto Going Digital inicia ahora a una segunda fase. Esperemos que esta fase dé margen para discutir algunos temas con mayor profundidad. Próximamente se publicará una evaluación completa de la TUAC y una lista de elementos para la agenda futura de la OCDE sobre la transformación digital.
La TUAC, por su parte, considera esenciales las siguientes prioridades tanto para la OCDE como para sus Miembros:
– Hacer participar realmente a las partes interesadas en debates y estrategias globales sobre las políticas: la investigación de la TUAC muestra que, hasta este momento, los sindicatos no han sido consultados o apenas han sido consultados en relación con las estrategias digitales. Los sindicatos deben tener la posibilidad de opinar sobre las estrategias en torno a la automatización, el establecimiento de normas sobre la inteligencia artificial, la planificación de las inversiones en infraestructura y las estrategias de política industrial, así como sobre la gobernanza de los sistemas de formación. Además, las estrategias de transformación digital no sólo deben ser de arriba hacia abajo y de naturaleza ejecutiva, los parlamentos y los agentes locales también deben participar para que sea un proceso verdaderamente democrático.
– Necesitamos una transición justa para la transformación digital: ello implica un marco de políticas y fondos para mantener a los trabajadores en sus puestos de trabajo actuales o para obtener un nuevo empleo de calidad, lo que está intrínsecamente relacionado con el cierre de las brechas digitales para las mujeres, en las regiones, para los trabajadores poco calificados y a escala mundial.
– Los responsables de la formulación de políticas deberían volver a asumir lo que puede conseguir la negociación colectiva para hacer realidad la cohesión social y compartir los beneficios de la transformación digital al aportar mejores salarios, condiciones de trabajo y formación. Para conseguirlo, es necesario suprimir los obstáculos de política estructural, fomentar los acuerdos tripartitos y mejorar los consejos sectoriales.
– Debemos garantizar una situación equitativa y frenar el arbitraje regulador y las prácticas anticompetitivas actuales en la economía digital y, con ello, garantizar el cumplimiento de las normas fundamentales del trabajo. Para conseguirlo, las regulaciones no solamente deben revisarse, sino también ser aplicadas, todo ello sin dejar de tener presente la calidad normativa.