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Transiciones justas para un renacimiento económico regional, ecológico y digital

El mundo lucha por la transición a una economía sin emisiones de carbono y crece el temor a la automatización y la reestructuración del sector. Al mismo tiempo, las disparidades económicas y sociales regionales siguen siendo elevadas y los ingresos y las oportunidades de empleo se concentran ...

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El mundo lucha por la transición a una economía sin emisiones de carbono y crece el temor a la automatización y la reestructuración del sector.
Al mismo tiempo, las disparidades económicas y sociales regionales siguen siendo elevadas y los ingresos y las oportunidades de empleo se concentran cada vez más en las grandes ciudades y en determinadas regiones.
Las transformaciones ecológica y digital podrían agravar aún más estas brechas y, paralelamente, dar lugar a una serie de necesidades en materia de política urbana.
Frente a estos retos, el crecimiento integrador es alcanzable mediante planes de transición justa.
Dicha transición está intrínsecamente ligada al diálogo social: «la importancia de un proceso participativo y representativo de diálogo social que implique a todos los interlocutores sociales para promover altas tasas de empleo, una protección social adecuada, normas laborales y el bienestar de los trabajadores y sus comunidades, a la hora de desarrollar [transition plans]» (Declaración de la COP24).
El TUAC insta a la OCDE y a sus miembros a que adopten los Principios de Transición Justa como marco orientativo para garantizar a los ciudadanos y a los trabajadores que se están llevando a cabo inversiones y acciones coordinadas.
Un enfoque de silo sin una lente espacial e inclusiva para ambas transiciones corre el riesgo de dejar atrás a los trabajadores de los sectores, las regiones y los que trabajan para las PYME.

Antecedentes

Las últimas décadas han estado marcadas por la caída de la participación del trabajo en la renta, el aumento de las desigualdades y la cada vez más difícil cooperación internacional y regional. Aunque las disparidades económicas regionales dentro de los países de la OCDE han empezado a reducirse, se mantienen en niveles elevados. Además, los ingresos y las oportunidades de empleo siguen concentrados en las grandes ciudades y en determinadas regiones, con tasas de desempleo que se diferencian en 6 puntos porcentuales dentro de los países de la OCDE. Además, el impacto de la digitalización podría exacerbar aún más las diferencias, ya que las regiones con una mayor proporción de trabajadores con educación terciaria, una mayor proporción de empleos en servicios o altamente urbanizadas estarán mejor situadas. Estas disparidades podrían agravarse aún más por la difusión tecnológica, incluida la automatización de tareas y funciones intermedias, pero también la externalización y segmentación de la entrega de procesos a lo largo de las cadenas de valor que permiten los nuevos sistemas de comunicación. Mientras tanto, los países de todo el mundo se esfuerzan por abordar con firmeza el cambio climático y hacer avanzar la economía mundial hacia una economía sin emisiones de carbono. La urgencia de una acción climática ambiciosa basada en el informe del IPCC sobre 1,5°C exige respuestas políticas. Los responsables políticos deben tener en cuenta el impacto sobre los trabajadores, sus familias y sus comunidades. Las medidas de transición justa son una condición crucial para aplicar las ambiciosas políticas climáticas que necesitamos urgentemente. Sin unas condiciones sociales sólidas (que incluyan inversiones, diálogo social, protección social, justicia social, cualificaciones y educación, etc.), nunca habrá suficiente apoyo en la sociedad para la reforma estructural de nuestras economías necesaria para proteger el clima. Combinado con las profundas brechas digitales en las zonas rurales, los sectores en proceso de desarticulación y las poblaciones urbanas que recurren a nuevas formas de trabajo atípicas, la necesidad de ampliar la lente de la transición justa a otras dimensiones se hace patente.

El sindicato pregunta

Una transición con éxito hacia una economía sin emisiones de carbono encierra el potencial de un crecimiento económico sostenible, la creación de empleo en algunos sectores y el bienestar social. La digitalización podría apoyar la transición ecológica, pero va en contra de las tendencias del empleo y de la cobertura sectorial. En este sentido, el TUAC aplaude el trabajo de la OCDE sobre regiones y desarrollo urbano, el Marco de Bienestar, los proyectos Going Digital y Future of Work, entre otros. La política de transición justa y los marcos de financiación son mecanismos clave para la creación/salvaguarda de empleos de calidad y cohesión social para ambas transiciones.

La orientación política y las acciones para lograr transiciones justas deben reforzarse aún más a lo largo de 3 dimensiones entrelazadas:

Empleos de calidad y crecimiento integrador en todas las regiones
  • El diálogo social y la negociación colectiva para ayudar a que los mercados laborales se adapten de forma segura e inclusiva tanto en términos de estabilidad laboral como de ingresos, pero también para garantizar que las ganancias de productividad se compartan más ampliamente;
  • Una política industrial que garantice una renovación y una reestructuración del sector favorables a los trabajadores, un entorno favorable a la competencia para todos los tamaños de empresa y, en consecuencia, la creación de empleo;
  • Las inversiones públicas, incluso a través de fondos de transición destinados a apoyar a las comunidades vulnerables, a financiar programas públicos de I+D y orientados a misiones, así como a las necesidades de infraestructuras y del sector público tanto de las regiones como de los centros urbanos;
  • Suelos salariales mínimos, ampliación de la cobertura de la protección social y políticas sociales que prevean ayudas a la reubicación, políticas sólidas de vivienda y cuidados a través de una lente espacial y de género;
  • Fondos sectoriales y/o regionales de formación para la mejora de las competencias y la transición profesional, derechos de formación, acceso e incentivos (tiempo, remuneración, perspectivas de carrera) a la formación permanente.
Transformación digital
  • Diálogo social sectorial y convenios colectivos sobre la oferta de formación, los ajustes salariales y de la jornada laboral y las normas de trabajo sobre salud y seguridad en el trabajo y los aspectos relacionados con los datos derivados de la digitalización;
  • Estrategias y normas hacia la optimización de los procesos de producción y servicios bajo un prisma centrado en el ser humano a través de procesos de innovación que anticipen el impacto sobre el empleo y la empleabilidad y que garanticen lugares de trabajo seguros y productivos;
  • Canalizar la inversión pública para colmar las lagunas infraestructurales y de conectividad, y garantizar la asequibilidad de Internet/la banda ancha mediante la bajada de los precios;
  • Utilizar la información procedente del análisis de datos para optimizar la prestación de servicios públicos y las redes de transporte.
Transformación ecológica
  • Garantizar la aplicación de la Declaración de Silesia y los principios de transición justa en las contribuciones determinadas a nivel nacional, los planes nacionales de adaptación y las estrategias nacionales de desarrollo a largo plazo con bajas emisiones de gases de efecto invernadero;
  • Apoyar y fomentar las inversiones en sectores con un alto potencial de creación de empleo y de protección del medio ambiente, como la eficiencia energética, las energías renovables, prestando especial atención a la pobreza energética, la movilidad sostenible y la mejora de las infraestructuras de transporte, entre otras inversiones;
  • Desarrollar estrategias industriales respetuosas con el medio ambiente, que sitúen el trabajo digno y las bajas emisiones y el uso eficiente de los recursos como prioridades igualmente importantes.