El informe Perspectivas de Competencias 2019 de la OCDE es un informe muy oportuno que destaca la necesidad de que los gobiernos apoyen a los trabajadores en la adquisición de competencias adicionales para la transformación digital.
Dado que el 14% de los puestos de trabajo de la OCDE corren un alto riesgo de ser automatizados y que muchos más ya están experimentando cambios sustanciales, entre otras cosas debido a la mayor fragmentación de las cadenas de valor y a los nuevos modelos empresariales de la economía digital, se necesitarán nuevas capacidades y competencias.
Como ya había subrayado el TUAC, los sistemas de educación y formación no están preparados para asumir semejante reto de reciclaje y mejora de las competencias.
El aprendizaje permanente es un objetivo noble; sin embargo, en la actualidad los sistemas públicos carecen de financiación, no están repartidos uniformemente por las regiones y el compromiso de los empresarios es escaso.
El 11% de los trabajadores desea, pero no puede, acceder al aprendizaje permanente debido a limitaciones de tiempo o financieras(fuente).
Los nuevos datos de la OCDE muestran también que trasladar a los trabajadores de un puesto de trabajo a otro debido a la automatización costaría entre un 1 y un 5% del PIB, considerando sobre todo sólo las medidas de movilidad relacionadas con la formación(fuente).
El informe Perspectivas se propone presentar vías para afrontar este reto tanto en el ámbito educativo como a través del aprendizaje permanente.
Para ello, se apoya en la propia tecnología.
Hace hincapié en la necesidad de colmar las «brechas tecnológicas» para proporcionar un acceso igualitario en todas las regiones, grupos de edad, niveles de renta y orígenes étnicos.
La OCDE recomienda adoptar un enfoque de «todo el gobierno», rompiendo los silos administrativos para coordinar las intervenciones políticas relacionadas con la educación, el mercado laboral, la fiscalidad y la investigación y la innovación, en línea con la revisión de la Estrategia de Competencias que se publicará próximamente.
En la gobernanza de la educación y la formación, hay que hacer hincapié en el diálogo social y la negociación colectiva como herramientas para lograr resultados que sean más equitativos.
El TUAC elogia especialmente los siguientes resultados del informe:
- Énfasis en el papel de la educación en la enseñanza de valores, y habilidades para combatir el ciberacoso y el uso excesivo de la tecnología digital entre las generaciones más jóvenes.
- Mención explícita de la participación de los sindicatos (y de los empresarios) en la política migratoria, el aprendizaje permanente, las políticas e instituciones del mercado laboral y las políticas fiscales.
- El perspicaz «cuadro de indicadores» que resume la preparación de los países de la OCDE para hacer «que las competencias se beneficien de la digitalización, la exposición digital y las políticas relacionadas con las competencias aprovechen al máximo la transformación digital«.
- Las estimaciones del coste de los esfuerzos de formación, que podrían ayudar a movilizar la acción gubernamental.
Recomendaciones del TUAC
El hecho de que los sindicatos tengan un papel en la formación de los trabajadores se menciona varias veces, pero sin detalles (al contrario que en el reciente informe y folleto de la OCDE sobre el aprendizaje de adultos).
De hecho, nunca se invoca el concepto de «negociación colectiva».
En un informe de más de 250 palabras, al menos una sección debería exponer claramente el papel de los sindicatos a la hora de gobernar, cofinanciar o impartir directamente la formación y apoyar las transiciones de los trabajadores dentro de los sectores industriales y entre ellos.
Al igual que los sindicatos, las empresas también tienen la responsabilidad de ayudar a sus trabajadores a adquirir competencias digitales, y el informe lo reconoce pero ofrece pocos detalles sobre el cómo.
Aunque los gobiernos son responsables de proporcionar educación pública, cursos de EFTP y formación general, también deberían responsabilizar a las empresas para que mejoren las competencias de los trabajadores en lugar de despedirlos y pasar esa responsabilidad al Estado.
Además, la confianza del informe en los MOOC (Massive Open Online Courses) y en la educación abierta debería causar cierta preocupación; estos cursos suelen dejar fuera a quienes necesitan apoyo motivacional y no sustituyen a la instrucción en persona.
Por último, al TUAC le gustaría que se hiciera más hincapié en la privacidad de los datos de alumnos, profesores y trabajadores, en el diálogo social y en el potencial de las desigualdades derivadas de las brechas digitales.