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18 mayo 2017

L20 Unions Call for G20 Commitment to Fair Globalisation

La Cumbre del G20 de julio debe acordar por fin las condiciones para una globalización justa, según el movimiento sindical internacional. Este fue el mensaje central de la declaración de las centrales sindicales Labour-20 entregada a la canciller alemana y presidenta del G20, Angela Merkel, en ...

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L20-2017

La Cumbre del G20 de julio debe acordar por fin las condiciones para una globalización justa, según el movimiento sindical internacional. Este fue el mensaje central de la declaración de las centrales sindicales Labour-20 entregada a la canciller alemana y presidenta del G20, Angela Merkel, en una reunión celebrada hoy en Berlín. Reiner Hoffmann, presidente de la DGB
y anfitrión de la delegación del L20, declaró: «Tomamos la palabra a la Canciller: en la Cumbre del G7 de 2015 dijo que el trabajo decente es la base del éxito económico y que no se pueden aceptar unas condiciones laborales espantosas. Estas palabras deben convertirse finalmente en hechos. La explotación y las condiciones de trabajo inhumanas abundan en muchos países, con el único objetivo de aumentar los beneficios y garantizar precios baratos a los consumidores. Las empresas deben respetar los derechos humanos y sindicales en todas partes, y eliminar las violaciones de sus operaciones independientemente de dónde se produzcan. Las normas internacionales del trabajo deben integrarse, en particular, en las relaciones y los acuerdos comerciales.» «La digitalización también debe tenerse en cuenta a la hora de configurar una globalización y unas relaciones comerciales justas. Se necesitan buenas condiciones laborales, empleos seguros y acceso a la seguridad social para garantizar que la globalización y la digitalización redunden en beneficio de las personas. Las nuevas tecnologías y la digitalización más intensiva están trayendo cambios revolucionarios, y los gobiernos tienen que preocuparse de regular correctamente en esta nueva realidad. Estos cambios ofrecen una nueva oportunidad para el mundo laboral, pero esta oportunidad debe aprovecharse adecuadamente», afirmó
Hoffmann. Sharan Burrow, Secretaria General de la CSI, declaró: «El G20 tiene la responsabilidad de garantizar que el Estado de Derecho y la diligencia debida se apliquen en toda la economía mundial, incluidas todas las cadenas de suministro de las empresas. Cuando se respetan las normas internacionales del trabajo, los trabajadores pueden organizarse y negociar salarios decentes y un trabajo seguro, y con los ajustes macroeconómicos adecuados, la desigualdad y la inseguridad que caracterizan al actual modelo fracasado de globalización pueden convertirse en cosa del pasado.» John Evans, Secretario General de la Comisión Sindical Consultiva ante la OCDE
declaró: «Persisten las elevadas diferencias de empleo, las desigualdades de ingresos y el número de trabajadores en la economía informal. El G20 debe tomar medidas y aplicar normativas en vista de las transformaciones digitales en todos los sectores para evitar los desplazamientos de empleo y garantizar que los trabajadores tengan las cualificaciones y la protección social adecuadas para conservar sus puestos de trabajo o pasar a otros nuevos. El arbitraje reglamentario que observamos en la economía de plataformas no sólo crea más trabajo precario, sino que también se salta las leyes fiscales y de competencia existentes. Esto puede tener efectos perjudiciales para una difusión digital eficaz y para las finanzas públicas. El G20 debería poner freno a estas prácticas empresariales».
La globalización empresarial no funciona para la mayoría de la población mundial.
El 85% de los encuestados en la Encuesta Global 2017 de la CSI afirman que es hora de reescribir las reglas de la economía mundial para favorecer el crecimiento y compartir la prosperidad, lo que da al G20 un claro mandato para actuar.
Una nueva película estrenada en la Cumbre del L20, «Exportando codicia a través del Canal de Panamá» muestra cómo menos de 3 céntimos por un melón es el precio de un salario mínimo y menos de 2 céntimos por un plátano es el precio de unas condiciones de trabajo decentes.
El presidente de la DGB también entregará a la canciller Merkel una carta en la que le pide que utilice su influencia sobre la compañía telefónica alemana Deutsche Telekom, cuya filial estadounidense T-Mobile lleva varios años violando las normas laborales nacionales e internacionales. Los trabajadores que pretenden sindicarse en T-Mobile USA están sometidos a vigilancia y discriminación y tienen prohibido hablar de las condiciones laborales entre ellos, tanto en el trabajo como en su vida privada.
«Deutsche Telekom es un observador pasivo de los métodos salvajes de su filial estadounidense, pero la colaboración social no debe limitarse a las fronteras nacionales», afirmó Hoffmann.
«He visto de primera mano la forma en que T-Mobile USA trata a su plantilla como objetos, no como seres humanos. Una empresa que tiene una reputación decente en su país debe aceptar la responsabilidad de todas las personas de su negocio global, y no dejar a su plantilla estadounidense a merced de una dirección dictatorial y sin escrúpulos», afirmó Burrow.