En una nueva publicación, publicada hoy conjuntamente con la vicepresidenta segunda del Gobierno español y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz Pérez, la OCDE examina más de cerca el doble reto al que se enfrenta España: ¿cómo reactivar el crecimiento de la productividad y garantizar que sea ampliamente compartido? La principal recomendación de la OCDE es seguir apoyando los esfuerzos de los interlocutores sociales para alcanzar acuerdos amplios que preparen al mercado laboral para los retos futuros. España no sólo ha experimentado una ralentización del crecimiento de la productividad en las últimas décadas; como en muchas otras economías de la OCDE, los salarios reales tampoco han podido seguir el ritmo del decreciente crecimiento de la productividad. El resultado fue una caída de los salarios reales y una disminución de la participación de las rentas del trabajo. Además de destacar el fracaso de la mayoría de las empresas (95%) a la hora de mejorar la productividad, frente al 5% que sí obtuvo buenos resultados, el informe también señala que la extraordinaria debilidad de la inversión mermó el stock de capital productivo tras la crisis financiera mundial. Esto, a su vez, arroja dudas sobre la reforma del mercado laboral de 2012, que, según se esperaba, apoyaría la inversión y el crecimiento de la productividad al ofrecer más margen de negociación a nivel de empresa. Al mismo tiempo, a la OCDE le preocupa que las reformas de 2012 hayan socavado la posición negociadora de los sindicatos a nivel sectorial, contribuyendo así a desvincular el crecimiento salarial del crecimiento de la productividad. Las reformas más recientes del mercado laboral, basadas en amplios acuerdos alcanzados por los interlocutores sociales, muestran resultados prometedores y la OCDE recomienda que se continúen y promuevan:
- El aumento del salario mínimo del 40% del salario medio en 2018, al 50% en 2019 y al 59% en 2022 incrementó significativamente la remuneración de los trabajadores con salarios bajos sin que se produjeran pérdidas significativas de puestos de trabajo, al tiempo que incentivaba a los empresarios a utilizar contratos de trabajo más estables, que permiten contar con una mano de obra más experimentada y productiva.
- La reforma del mercado laboral de 2021 reforzó considerablemente la negociación colectiva sectorial y la posición negociadora de los sindicatos.
Se trata de una reforma que la OCDE considera necesaria para coordinar los acuerdos salariales entre sectores y forjar un acuerdo entre los interlocutores sociales sobre nuevas reformas que preparen para futuros retos.
La OCDE recomienda proseguir este diálogo social a nivel nacional, promoviendo al mismo tiempo la representación de los trabajadores a nivel de empresa, sobre todo en las más pequeñas. - La reforma del mercado laboral de 2021 también introdujo el principio legal de que los contratos de trabajo indefinidos debían convertirse en la norma y los contratos de duración determinada en la excepción.
Al suprimir estos «contratos por obra y servicio » extremadamente flexibles y ampliamente utilizados, y al reforzar la justificación del uso de contratos de duración determinada, la incidencia de los contratos de duración determinada descendió drásticamente, pasando de más del 20% en 2021 al 15% en 2023.
Paralelamente, también aumentó el número de contratos indefinidos. - Por último, la OCDE constata que el amplio uso de planes de mantenimiento del empleo tras el estallido de la pandemia salvó muchos puestos de trabajo y evitó un aumento masivo del desempleo.
De nuevo debido a la reforma del mercado laboral de 2021, España es ahora una de las pocas economías de la OCDE con un marco explícito para ampliar el uso de los planes de conservación del empleo en tiempos de necesidad excepcional.
"Los interlocutores sociales y el Gobierno de España han reaccionado a las perturbaciones económicas de los últimos años rompiendo con el modelo que permite que continúen los pésimos resultados empresariales apoyándose en salarios baratos, empleos precarios y una flexibilidad excesiva. La OCDE reconoce ahora los beneficios de esta nueva estrategia que combina empleos de calidad y mejores resultados de productividad. Otros gobiernos y empresarios deberían tomar nota".