Del 10 al 12 de marzo de 2020, el Grupo de Trabajo TUAC sobre Política Económica se reunió virtualmente para debatir mensajes clave y profundizar en temas actuales de política económica y de empleo, entre otros con los directores de la Secretaría de la OCDE y economistas de alto nivel, así como con los sherpas de las presidencias italiana del G20 y británica del G7. Presidida por Bill Spriggs, Economista Jefe de la AFL-CIO, la reunión del GT congregó a economistas y responsables de relaciones internacionales de las centrales sindicales de la OCDE y del G20, de la CSI, de la CES y de varias Federaciones Sindicales Internacionales durante una reunión por videoconferencia de tres días. El orden del día de la reunión incluía las perspectivas económicas y de empleo, el programa de reformas estructurales de la OCDE, los flujos de trabajo en curso de la OCDE sobre productividad, teletrabajo y política industrial, la transición de la dirección de la OCDE y las consultas con los sherpas del G20 y el G7.
Las perspectivas: Previsiones de crecimiento (ligeramente) mejoradas
El 9 de marzo de 2021, la OCDE publicó su tradicional Informe Provisional de Perspectivas Económicas, bajo el título «Reforzar la recuperación: La necesidad de velocidad». En comparación con la edición de diciembre de 2020 de las Perspectivas Económicas, la OCDE ha revisado al alza las previsiones de crecimiento del PIB mundial, hasta el 5,5% en 2021 y el 4% en 2022 (+1,3% y +0,3%, respectivamente), anteponiendo gran parte de la recuperación de la crisis de COVID-19 a este año. Los principales motores de esta revisión al alza son el estímulo fiscal estadounidense de 1,9 billones de dólares que acaba de aprobar el Congreso y la aceleración del proceso de vacunación. Esto elevará el PIB estadounidense un 6,5% en 2021 (+3,3% en comparación con el OE de 2020) y un 4% en 2022 (+0,5%), teniendo también efectos beneficiosos para sus socios económicos. Las economías del G20 crecerán por término medio un 6,2% (+1,5% respecto a las previsiones anteriores) en 2021 y un 4,1% en 2022 (+0,4%). China, India y Turquía, en particular, ya se han recuperado hasta los niveles anteriores a la pandemia, gracias a una intervención fiscal sostenida y a una dinámica favorable en la industria manufacturera y la construcción. Señal de la mejora del escenario macroeconómico es el nivel de la producción industrial mundial, que ha repuntado en los últimos meses, impulsada en particular por los equipos informáticos y los suministros médicos, y el comercio mundial de mercancías, que ya se ha recuperado a niveles prepandémicos. El consumo de los hogares mejoró en la segunda mitad de 2020, tras la reapertura gradual de las economías, antes de desvanecerse debido a la segunda oleada de la pandemia COVID-19 y a las medidas de bloqueo relacionadas. Sin embargo, la OCDE observa que el impacto de los recientes bloqueos en la economía no es tan marcado como en la primavera de 2020, lo que sugiere, por un lado, que las empresas y los consumidores están mejor preparados para adaptarse a la nueva normalidad, pero, por otro, plantea la posibilidad de que la recuperación económica, una vez levantadas las medidas de contención, resulte menos fuerte de lo previsto. Sin embargo, el panorama agregado oculta divergencias significativas, tanto entre regiones/países como entre sectores. La zona euro sólo prevé una ligera mejora en 2021 (3,9%, +0,3%), con mejores previsiones para 2022 (3,8%, +0,5%). La razón es la incertidumbre sobre la rápida aplicación del plan de recuperación de la UE Next Generation, que no logrará impulsar las economías europeas a corto plazo, en contraste con el Plan de Rescate estadounidense, que destaca la importancia de una intervención fiscal rápida y sostenida en la lucha contra la COVID-19. De hecho, gran parte de las previsiones dependerán de la capacidad de los gobiernos para administrar rápidamente las vacunas contra el COVID-19 a una gran parte de la población. Esto permitiría reanudar las actividades comerciales e impulsar la confianza de los consumidores. Tampoco hay que subestimar el riesgo de efectos cicatrizantes de la pandemia de COVID-19: las últimas proyecciones sitúan el PIB mundial a finales de 2022 todavía un 2% por debajo de lo previsto a finales de 2019, es decir, la última previsión antes de la llegada de la pandemia. Esto es especialmente cierto para muchas economías de mercado emergentes, empezando por India e Indonesia.
Perspectivas de empleo
Las estadísticas de empleo más recientes de la OCDE llaman la atención sobre la pérdida sustancial de horas de trabajo durante la pandemia. Estas cifras muestran una importante pérdida de ingresos y subempleo. Aunque la OCDE recomienda mantener las medidas de apoyo para sostener los ingresos de los hogares y mantener los planes de conservación del empleo -allí donde existan- mientras sea necesario, para evitar perturbaciones en el mercado laboral, éstas seguirán produciéndose una vez que se levanten las medidas. Los datos de la OCDE muestran claramente qué sectores y grupos se verán más afectados. Las condiciones de los mercados laborales siguen siendo especialmente preocupantes. En el conjunto de las economías de la OCDE, hay 10 millones de parados más que antes de la crisis. Sin embargo, los participantes en el TUAC argumentaron que esta cifra podría ser engañosa y ocultar mucha más fragilidad en los mercados laborales, en primer lugar porque muchos desempleados de larga duración han salido de la población activa como participantes activos, en las estadísticas, y en segundo lugar porque en la mayoría de los países siguen vigentes los planes de trabajo a corto plazo y las prohibiciones de despido, lo que oculta el impacto real de la COVID-19 en el mercado laboral. Las recesiones anteriores han mostrado un cierto desfase de uno a tres años entre el mínimo en el crecimiento del PIB y el máximo en las tasas de desempleo, lo que sugiere que el verdadero impacto sobre los trabajadores aún no se ha manifestado. Las pérdidas de empleo, como confirma la OCDE, se concentran especialmente en el ocio, la hostelería, el transporte, el comercio minorista y mayorista, que representan entre el 20% y el 30% del empleo total en la mayoría de los países. Las categorías frágiles, incluidas las mujeres, los jóvenes y los trabajadores con bajos ingresos, son las más expuestas al impacto negativo de la crisis, por lo que el rápido despliegue de campañas de vacunación es imperativo para salvaguardar sus perspectivas económicas. De cara al futuro, los miembros del TUAC instaron a la OCDE a hacer un buen uso de la Estrategia de Empleo 2018, ya que su correcta adopción por parte de los gobiernos sigue siendo crucial para promover un entorno laboral de alta calidad, prevenir la exclusión del mercado laboral y prepararse para futuros riesgos aumentando la resistencia del mercado laboral. Lo mismo se aplica a la propia OCDE y a la asunción de las conclusiones de la Estrategia de Empleo en sus análisis políticos. Esto se refiere en particular a la valoración positiva que hace la estrategia de la negociación colectiva coordinada y centralizada.
La llamada a una intervención monetaria y fiscal sostenida
En las Perspectivas Económicas Provisionales, la OCDE reitera su llamamiento a mantener una política monetaria y fiscal de apoyo, en línea con su posición desde el inicio de la crisis COVID-19, que es positiva. Los niveles de deuda pública no suponen una amenaza inmediata y el servicio de la deuda sigue siendo sostenible en el contexto actual de tipos de interés bajos a largo plazo, siempre que se garantice el crecimiento. El apoyo fiscal es necesario en este contexto, para evitar una parada brusca del motor económico y conducir a una recuperación más fuerte. La OCDE aboga por un apoyo más selectivo a medida que se desarrolla la crisis, reasignando capital y mano de obra de los sectores en dificultades a otros con mejores resultados. Sin embargo, los participantes del TUAC argumentaron que este ejercicio podría resultar más fácil en la teoría que en la realidad, ya que en el actual contexto de gran incertidumbre cualquier decisión bien informada podría resultar muy difícil de tomar. El riesgo de dirigir parte del apoyo fiscal hacia empresas/sectores inviables resultaría menos costoso, en términos de empresas y mano de obra, que desenchufar demasiado pronto la liquidez y otras medidas de apoyo de empresas y puestos de trabajo que, de otro modo, podrían resultar recuperables en caso de una rápida aceleración económica. El informe de la OCDE también advierte de los riesgos pendientes en los mercados financieros. La prolongación de la política monetaria acomodaticia y los programas gubernamentales de apoyo a las empresas suscitan preocupación por las elevadas valoraciones de las acciones y el riesgo de burbujas inmobiliarias en algunos países. La calidad del crédito ha disminuido, mientras que la reciente subida de los tipos de interés de los bonos del Tesoro estadounidense a largo plazo podría suponer un riesgo para los países emergentes, en forma de salidas de capital. En una sesión a puerta cerrada, los miembros del TUAC también debatieron un borrador de documento marco sobre la «Incorporación de la justicia social en la respuesta monetaria y fiscal a la COVID-19», comparando la deficiencia política que siguió a la Crisis Financiera Mundial de 2008 y la larga tendencia histórica al aumento de las desigualdades económicas, que a menos que se aborden de forma contundente dificultan las perspectivas de una recuperación sostenible e inclusiva.
El programa de reformas estructurales
El informe de Perspectivas Económicas Intermedias de la OCDE impulsa las reformas estructurales para cimentar la recuperación. El informe afirma que la secuenciación de las reformas será muy importante para garantizar que éstas arrojen resultados positivos, favoreciendo sobre todo «las medidas con una dimensión fiscal», es decir, la inversión en infraestructuras, redes digitales, transporte y energía, con el fin de impulsar la demanda agregada, en lugar de deprimirla como ocurrió tras la Crisis Financiera Mundial. Con el objetivo de sostener los niveles de consumo y garantizar una recuperación inclusiva, la OCDE pide también «un fuerte apoyo a los ingresos de los hogares más pobres». Estas podrían ser las primeras señales positivas de un cambio en la sensibilidad de la OCDE hacia las reformas estructurales tout-court. La reunión del GT brindó la oportunidad de entablar un diálogo con el Departamento de Economía de la OCDE sobre el programa de reformas estructurales a largo plazo. La preparación de la publicación de la OCDE Going for Growth está señalando cambios alentadores hacia un crecimiento más integrador, lo que sugiere que las políticas medioambientales, sociales y sanitarias están ganando más terreno en la lista de prioridades de reforma.
Balance de los proyectos en curso de la OCDE sobre política industrial, productividad y teletrabajo
El GT debatió también el papel de la política industrial y la Estrategia de Empleo revisada de la OCDE a partir de 2018 en el contexto de la recuperación COVID-19, destacando el renovado interés de los países de la OCDE por las estrategias industriales tanto horizontales como específicas, así como los marcos conceptuales que la OCDE está construyendo para apoyar a los gobiernos en el replanteamiento de sus políticas industriales. En otra sesión se debatió el lado humano de la productividad, un proyecto de la OCDE que culminará en un informe el próximo mes de julio. Como subrayaron los miembros del TUAC, el papel de los sindicatos y de la negociación colectiva en la dirección de los objetivos de productividad en materia de reorganización, transiciones y mejora de las competencias merece un reconocimiento. La OCDE presentó además los primeros resultados de su encuesta sobre teletrabajo, a la que contribuyeron los miembros del TUAC. El informe se publicará a finales de este año y promete mostrar bien cómo perciben los trabajadores el teletrabajo y sus retos. Es de esperar que esto conduzca a una reflexión política sobre el fomento de unas buenas condiciones de trabajo en este ámbito.
Compromiso con los sherpas del G7 y el G20
El último día de la reunión estuvo dedicado a una actualización sobre el Futuro de la OCDE por parte del Secretario General del TUAC, Pierre Habbard, incluyendo el proceso de sucesión en curso en la OCDE, y la actualización de la Declaración de Visión de la Organización. Le siguió una mesa redonda con representantes de los gobiernos italiano y británico, y el Sous-sherpa de la OCDE sobre los procesos del G20 y el G7. Por ambas partes, los sindicatos L20 y L7 ya han empezado a contribuir a varias líneas de trabajo -siempre que se les ha dado acceso- y han dado a conocer sus prioridades(véase L7). El debate permitió arrojar algo de luz sobre las sinergias entre las presidencias y destacar las contribuciones de la OCDE a diversas cuestiones políticas. Los sindicatos insistieron en las grandes ambiciones de ambas presidencias con una visión a más largo plazo y la coordinación con las futuras presidencias. Abogan por resultados decisivos en el mercado laboral y la recuperación económica, el clima con vistas a la COP 26 y la agenda fiscal global.