Cuando los líderes del G20 se reunieron en Osaka los días 28 y 29 de junio, la mayoría de las Reuniones Ministeriales del G20 bajo la presidencia japonesa ya habían tenido lugar, con la notable excepción de la Reunión Ministerial de Trabajo y Empleo (LEMM) prevista para los días 1 y 2 de septiembre.
La Declaración de Osaka i muestra ese desfase.
Mientras que los resultados en materia de infraestructuras, comercio, digitalización, finanzas y sanidad se ponen de relieve a través de más de una docena de nuevas declaraciones y planes de acción, las cuestiones laborales y de empleo pasan a un segundo plano y se reducen a los temas centrales de la Presidencia (cambio demográfico e igualdad de género).
En concreto, el resultado no ofrece una postura más firme sobre el futuro del trabajo y los retos del mercado laboral, carece de referencias a los compromisos adquiridos en el pasado sobre la cuota de ingresos laborales y omite el diálogo social o la negociación colectiva como mecanismos clave. Las nociones críticas sobre las formas atípicas de trabajo no tienen el suficiente alcance o concreción, mientras que una fuerte dimensión del mercado laboral permanece oculta, al igual que una referencia a las transiciones justas en relación con el despliegue de la Inteligencia Artificial – respaldada por los Principios de IA del G20. Es importante marcar estos Principios para los futuros marcos industriales y laborales.