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30 junio 2022

Políticas para un mundo más equitativo: La reacción de TUAC a los compromisos del G7 para 2022

Los líderes del G7 se reunieron en Elmau, Alemania, del 26 al 28 de junio de 2022, para reafirmar su firme compromiso con el multilateralismo, condenar la agresión de Rusia contra Ucrania y debatir una serie de políticas clave para construir un mundo más equitativo, desde el clima, el medio ...

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Los líderes del G7 se reunieron en Elmau, Alemania, del 26 al 28 de junio de 2022, para reafirmar su firme compromiso con el multilateralismo, condenar la agresión de Rusia contra Ucrania y debatir una serie de políticas clave para construir un mundo más equitativo, desde el clima, el medio ambiente y la energía, hasta la economía y las finanzas mundiales, el comercio, el empleo, la salud, las infraestructuras, el desarrollo sostenible y la digitalización.
En general, se cumplieron varias de las exigencias establecidas en la Declaración de la L7, aunque el comunicado podría haber sido más contundente en una serie de cuestiones.
Entre los resultados clave se incluyen la creación de un Grupo de Trabajo permanente sobre Empleo; el apoyo a la protección social universal y a la propuesta de crear un «Acelerador Mundial del Empleo y la Protección Social para una Transición Justa»; así como un lenguaje sobre la importancia de una seguridad y salud laborales efectivas; y la necesidad de reforzar el cumplimiento de las normas internacionales, incluso a través de medidas obligatorias.
Esto también refleja el debate y los compromisos adquiridos en la Reunión de Ministros de Trabajo y Empleo (LEMM), que tuvo lugar el 24 de mayo en Wolfsburgo. Economía y finanzas mundiales Los líderes del G7 reconocen los retos que plantea la guerra en Ucrania para la recuperación económica mundial tras el COVID-19, las interrupciones en las cadenas de suministro, el riesgo de escasez de productos básicos estratégicos (sobre todo alimentos y energía) y el aumento de la inflación.
Los gobiernos «siguen esforzándose por lograr una recuperación mundial fuerte, sostenible, equilibrada, igualitaria e integradora».
Sin embargo, parece que el fuerte consenso sobre el papel del sector público para guiar la recuperación económica, que fue prominente en el punto álgido de la crisis COVID-19, ha empezado a decaer.
Al «seguir comprometidos[ing] con una combinación de políticas macroeconómicas orientada a la estabilidad y el crecimiento, que garantice la sostenibilidad a medio plazo de las finanzas públicas y preserve la resistencia del sector financiero», los líderes del G7 parecen estar volviendo a desplazar el foco de atención principal de asegurar una recuperación robusta a la contención del gasto público.
El objetivo implícito es frenar el aumento de la inflación, pero se corre el riesgo de deteriorar aún más las expectativas de crecimiento en el periodo venidero, sin abordar las causas subyacentes de la inflación mundial por el lado de la oferta. Empleo y transición justa Los líderes del G7 hacen hincapié en la necesidad de promover «un trabajo digno y de calidad, sobre todo a la luz de los efectos de la pandemia del COVID-19, así como de la transformación digital y del net-zero en los mercados laborales y las exigencias asociadas para las empresas y los trabajadores, pero no se establecieron objetivos concretos ni medidas específicas sobre cómo lograr un trabajo digno.
También se comprometieron a redoblar los esfuerzos para fomentar la educación y formación continuas (CET) y a aumentar la parte de la ayuda oficial al desarrollo (AOD) destinada a medidas para la ecologización de la economía.
Los ministros de Empleo y Trabajo del G7 también adoptaron un Plan de Acción para la Educación y Formación Continua inclusiva de adultos hacia una economía verde para aumentar la tasa de participación de los adultos poco cualificados en las medidas de educación y formación continua (CET). Las medidas para eliminar las barreras financieras y estructurales a la formación son cruciales para llegar a los más vulnerables y aumentar la tasa de participación de los adultos poco cualificados, pero el plan de acción sólo compromete a los gobiernos a «considerar» las acciones establecidas en la hoja de ruta. Mejorar la seguridad y la salud en el trabajo (SST) El L7 abogó firmemente por la incorporación de la seguridad y la salud en el trabajo (SST) en el marco de la OIT para los principios y derechos fundamentales en el trabajo, marco que fue finalmente respaldado por el G7 en la LEMM y adoptado por la OIT en la 110ª Conferencia Internacional del Trabajo celebrada en junio.
Los líderes del G7 también respaldaron la Hoja de ruta hacia un trabajo seguro y saludable en una economía verde, que hace hincapié en la necesidad de medidas preventivas, así como en la necesidad de reforzar el cumplimiento de las normas y reglamentos a través de la inspección laboral y las políticas de contratación pública.
Aunque la hoja de ruta debe considerarse como un firme indicio de que los gobiernos reconocen la necesidad de mejorar la SST, no contiene resultados concretos.
Por último, los líderes del G7 reiteraron su apoyo al Fondo Visión Cero. Reforzar la protección social universal El L7 también abogó firmemente por ayudar a los países más pobres del mundo a establecer sistemas de protección social.
Aunque los líderes del G7 expresaron su apoyo a la propuesta del Secretario General de la ONU de crear un «Acelerador Mundial del Empleo y la Protección Social para una Transición Justa» con el fin de crear 400 millones de puestos de trabajo y ampliar la protección social a los países de renta baja que actualmente no están cubiertos por ningún sistema de protección social, se quedaron cortos a la hora de comprometerse a proporcionar financiación. Norma internacional vinculante sobre diligencia debida en materia de derechos humanos También se avanzó en relación con el llamamiento del L7 a favor de una norma internacional vinculante sobre la diligencia debida en materia de derechos humanos.
Los líderes del G7 se comprometieron a trabajar por un consenso internacional sobre empresas y derechos humanos para reforzar el cumplimiento de las normas internacionales, incluso mediante medidas obligatorias no especificadas, y para abordar los abusos y apoyar la reparación.
También expresaron su apoyo a los Principios Rectores de la ONU sobre las Empresas y los Derechos Humanos, la Declaración Tripartita de Principios sobre las Empresas Multinacionales y la Política Social de la OIT y las Líneas Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales.