El sector de la confección y el calzado es uno de los mayores sectores de bienes de consumo del mundo. Aunque representa un importante motor económico, el trágico derrumbe de la fábrica Rana Plaza en 2013 atrajo la atención mundial sobre los riesgos de graves impactos adversos tanto en la fabricación como más arriba.
Fruto de un amplio proceso en el que han participado múltiples partes interesadas, esta guía específica del sector ayudará a las empresas a identificar y prevenir posibles impactos negativos relacionados con los derechos humanos, el trabajo, el medio ambiente y la corrupción en las cadenas de suministro de la confección y el calzado en todo el mundo. Ofrece a las empresas recomendaciones exhaustivas y respaldadas por el gobierno que abordan los riesgos a los que pueden enfrentarse tanto en la fabricación como en el aprovisionamiento de materiales. La guía proporciona, por primera vez, un entendimiento común de la diligencia debida en la cadena de suministro de la confección y el calzado, en línea con las Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales y los Principios Rectores de la ONU sobre las Empresas y los Derechos Humanos.
La guía promueve un enfoque sistemático e integrado de la gestión de riesgos y compras, que implica procesos continuos, proactivos y reactivos, centrados en la mejora progresiva. Reconoce tanto la diversidad del sector como la complejidad de los retos a los que se enfrenta. La guía recomienda que las empresas adopten un enfoque colaborativo y basado en el riesgo para identificar formas de abordar los impactos de sus operaciones y decisiones de aprovisionamiento y supervisar el progreso a lo largo del tiempo, al tiempo que fomenta el compromiso continuo con los socios comerciales de las economías en desarrollo. Pide a los compradores que integren consideraciones sociales, de derechos humanos y medioambientales en sus prácticas de compra, y que colaboren con los compradores comunes para evitar la fatiga de las auditorías de proveedores, de modo que las empresas puedan dirigir sus recursos a priorizar la prevención de impactos más graves.
La OCDE y las economías emergentes colaboraron estrechamente con empresas de toda la cadena de suministro, sindicatos, organizaciones no gubernamentales y otros expertos para elaborar la guía. Es una respuesta concreta a la Declaración de los Líderes del G7 adoptada los días 7 y 8 de junio de 2015 en Schloss Elmau, que acogió con satisfacción los esfuerzos internacionales para «promulgar normas de diligencia debida para toda la industria en el sector textil y de la confección.»
La OCDE tiene un compromiso de larga data para garantizar una conducta empresarial responsable. Las Líneas Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales -el código de conducta más amplio para las empresas- son el conjunto más antiguo y completo de recomendaciones para las empresas, y abarcan todos los ámbitos de la ética empresarial, los derechos humanos, los derechos laborales, la corrupción y la degradación del medio ambiente, entre otros. Las directrices se adoptaron originalmente en 1976 y se han actualizado en varias ocasiones desde entonces para garantizar su continua relevancia. La OCDE también ha elaborado orientaciones a medida para ayudar a las empresas a crear cadenas de suministro responsables en otros sectores, concretamente: extractivos, minerales procedentes de zonas afectadas por conflictos y de alto riesgo, agricultura y finanzas.