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Cumbre de Hiroshima del G7- palabras fuertes que deben ir seguidas de acciones

Los líderes del G7 se reunieron en Hiroshima para aprobar un comunicado conjunto en el que reafirmaban su apoyo a Ucrania, así como su compromiso con la paz y con los principios de la Carta de la ONU. Los Jefes de Estado o de Gobierno de Japón, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Reino Unido y ...

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Los líderes del G7 se reunieron en Hiroshima para aprobar un comunicado conjunto en el que reafirmaban su apoyo a Ucrania, así como su compromiso con la paz y con los principios de la Carta de la ONU.
Los Jefes de Estado o de Gobierno de Japón, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Reino Unido y Estados Unidos, así como representantes de la UE, abordaron algunos de los problemas geopolíticos y económicos más acuciantes a los que se enfrenta el mundo, como la guerra, la pobreza, la inflación, la crisis del coste de la vida, la sostenibilidad de la deuda y el cambio climático.
Aunque varios de los compromisos asumidos por los líderes van en la buena dirección, las medidas concretas anunciadas requerirán un seguimiento cuidadoso para asegurarse de que se llevan a la práctica.
Por primera vez en años, los líderes del G7 se hicieron eco del llamamiento de Labour 7 y se comprometieron a «lograr un círculo virtuoso de bienestar de los trabajadores y vitalidad social y económica, que conduzca a un crecimiento sostenible y a un aumento de los salarios reales en línea con la productividad».
Los líderes subrayaron «que la libertad de asociación y el derecho a la negociación colectiva desempeñan un papel importante en la promoción del trabajo decente y el crecimiento salarial».
Hay que tomar la palabra a los líderes y pasar a la acción, ya que millones de trabajadores luchan con salarios bajos en medio de una inflación elevada y una espiral de beneficios y precios.
Se trata también de un reconocimiento muy necesario del papel de los sindicatos y del diálogo social en un momento en el que los derechos fundamentales de negociación colectiva y libertad de asociación están siendo cuestionados, incluso en los países del G7.
Esto debe ir seguido de acciones concretas para apoyar a los trabajadores en la lucha por unos salarios justos y unas mejores condiciones laborales.  

"Nos complace que los líderes del G7 reconozcan que la libertad de asociación y la negociación colectiva son esenciales para hacer frente a los retos actuales, incluso para lograr un crecimiento real de los salarios. Esto debe ir seguido de medidas concretas, en los países del G7 y fuera de ellos, para impulsar el diálogo social y una transición justa. Este es un momento decisivo para que el G7 demuestre a los trabajadores su relevancia e impacto".

— Veronica Nilsson, Secretaria General en funciones, TUAC

Los líderes también subrayaron la necesidad de que los países del G7 hagan más para promover la igualdad de género e hicieron hincapié en la necesidad de atajar la discriminación, así como de «reconocer, reducir y redistribuir» el trabajo de cuidados no remunerado.
Una vez más, los países del G7 deben pasar ahora de las palabras a la acción.
El G7 se comprometió además a redoblar sus esfuerzos para acelerar la acción climática y se hizo eco del llamamiento realizado por el movimiento obrero para poner en marcha una «transición justa» que permita a los países ampliar las políticas de mitigación y adaptación al tiempo que se protegen los medios de subsistencia y los derechos fundamentales de los trabajadores.
Los líderes reconocieron de forma útil que la inversión en capacidades y el apoyo a los trabajadores «no deben verse como un coste».
Acelerar la acción climática a través de una transición justa requerirá grandes inversiones estratégicas en sectores clave, en contraste con el actual endurecimiento de las políticas económicas y fiscales.
Además, las desigualdades generadas por el cambio climático y las políticas medioambientales deben abordarse dentro de los países y entre ellos.
En este sentido, el G7 se quedó corto a la hora de asumir compromisos financieros para compensar las pérdidas y los daños que han causado sus emisiones de carbono.
Los líderes del G7 afirmaron que «siguen preocupados por el hecho de que los graves problemas de sostenibilidad de la deuda estén socavando el progreso hacia los ODS».
Veronica Nilsson comentó: «Esto es un eufemismo y las medidas anunciadas por el G7 sobre la reducción de la deuda están muy por debajo de las expectativas y no permitirán a los países de renta baja y media realizar las inversiones necesarias para satisfacer las necesidades básicas de su población.»