En su nueva edición de las Perspectivas económicas, la OCDE prevé un «aterrizaje suave» de la economía mundial, ya que se cree que ésta ya ha alcanzado sus límites para expandirse mucho más. Sin embargo, la OCDE no excluye una «desaceleración más brusca de lo previsto» como consecuencia de los efectos combinados de una guerra comercial en ciernes, la inestabilidad financiera que azota a los mercados emergentes y la subida de los precios del petróleo. El llamamiento de la OCDE a los gobiernos para que sean proactivos y empiecen a preparar el terreno para una expansión fiscal coordinada internacionalmente en caso de que estos riesgos a la baja lleguen a materializarse es de agradecer.
Sin embargo, a la hora de analizar la dinámica del mercado, la OCDE se basa en el viejo y anticuado concepto de «tasa de desempleo no aceleradora de la inflación» (NAIRU, por sus siglas en inglés), un desafortunado revival de la teoría anterior a la crisis en un mundo en el que la dinámica salarial es casi plana. Esto contrasta con los análisis anteriores de la OCDE. De hecho, en los últimos años, el mensaje ha sido que se había roto el vínculo entre el descenso del desempleo y los salarios. Dada la caída de las tasas de desempleo, la dinámica salarial debería haber sido mayor, apoyando así a la economía en lugar de frenarla.
También está claro que hay que abandonar el modelo de «crecimiento impulsado por las finanzas» y sustituirlo por un modelo de «crecimiento impulsado por los salarios» en el que unos salarios justos en lugar de una deuda cada vez mayor impulsen la demanda agregada y la actividad económica. De lo contrario, nuestras economías seguirán en la trampa en la que «no podemos prescindir de las burbujas financieras pero tampoco podemos seguir dependiendo de ellas». En este sentido, la TUAC acoge con satisfacción la atención prestada por el capítulo especial de las Perspectivas al hecho de que el crecimiento de los salarios reales se ha desvinculado de la productividad en las dos últimas décadas y que esto ha dado lugar a mayores desigualdades, ya que las ganancias de productividad no se han repartido ampliamente Lea el análisis completo de la secretaría de la TUAC en el pdf adjunto