Los sindicatos han hecho un llamamiento urgente para que se tomen medidas en relación con la crisis siderúrgica mundial mientras el Comité del Acero de la OCDE se reúne los días 4 y 5 de noviembre en París.
Cualquier solución a la crisis debe dar a los trabajadores un asiento en la mesa, exigir responsabilidades a las empresas y garantizar protecciones sociales para impulsar una transición justa, afirman los sindicatos.
El sector siderúrgico es uno de los escaparates más claros de los retos que plantean el comercio desequilibrado y los flujos de capital a escala mundial. A menos que cambiemos el paradigma -de los beneficios a corto plazo y el exceso de capacidad alimentado por las subvenciones a los empleos sostenibles, los derechos de los trabajadores y el gasto interno para impulsar la demanda- el sector siderúrgico no resistirá el doble desafío del comercio mundial injusto y la transición climática.
La declaración conjunta de TUAC, IndustriALL Global Union e IndustriAll Europe subraya que, si bien los mercados, las capacidades y los flujos comerciales ocupan un lugar central en el debate, la dimensión humana y social no debe seguir siendo una idea de último momento.
La transición no puede ni debe recaer únicamente sobre los hombros de los trabajadores. Las multinacionales siderúrgicas deben reinvertir los beneficios en su mano de obra, en lugares de trabajo seguros, en la mejora de las cualificaciones y en la descarbonización, y no limitarse a recompensar a los accionistas y deslocalizar la producción a la jurisdicción de menor coste.
En concreto, los sindicatos destacan que:
- Se prevé que el exceso de capacidad siderúrgica mundial alcance los 721 millones de toneladas en 2027, lo que ejercerá una enorme presión incluso sobre los productores más eficientes.
- Muchos cierres o reconversiones en Europa y América Latina son de plantas de alto contenido en carbono de altos hornos/BOF, lo que plantea serias preocupaciones sociales y laborales sobre el futuro de la industria siderúrgica en esas regiones.
- Las subvenciones públicas y las medidas comerciales deben estar vinculadas a la condicionalidad social – mantenimiento del empleo, formación, diálogo social, representación de los trabajadores – para evitar que una «transición justa» se convierta en una «transición sólo para los accionistas».
- Los sindicatos piden a los gobiernos y al Comité del Acero de la OCDE que incorporen los derechos laborales, la participación de los trabajadores y el deber de vigilancia de las empresas en los marcos de la política industrial, comercial y climática.
"La industria siderúrgica europea no puede prosperar bajo el peso del exceso de capacidad mundial. Las medidas comerciales deben ir de la mano de una política industrial sólida para defender el empleo e impulsar la transición ecológica. Los trabajadores del acero están en el centro de la transformación industrial y climática mundial: hay que garantizar su voz y un trabajo digno, o regiones enteras se quedarán atrás."
Los sindicatos están dispuestos a colaborar con la industria, los gobiernos y la OCDE en la búsqueda de soluciones prácticas, como hojas de ruta creíbles para la descarbonización, planes de transición justa dirigidos por los trabajadores y marcos globales sólidos que protejan el empleo, los derechos y el medio ambiente.
Crédito de la foto: Mirza A./ OIT
