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Los gobiernos deben invertir el colapso de los programas de formación, advierte el nuevo informe político del TUAC

Es hora de activar las políticas del mercado laboral», el nuevo informe político de TUAC, advierte de que los gobiernos están fallando a los trabajadores, ya que la inversión en políticas activas del mercado laboral alcanza su nivel más bajo en dos décadas. Los datos de la OCDE muestran que ...

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Es hora de activar las políticas del mercado laboral», el nuevo informe político de TUAC, advierte de que los gobiernos están fallando a los trabajadores, ya que la inversión en políticas activas del mercado laboral alcanza su nivel más bajo en dos décadas. Los datos de la OCDE muestran que el gasto cayó a sólo el 0,41% del PIB en 2023, mientras que la inversión en formación para trabajadores desempleados se ha desplomado un 30% desde 2010.

Más de 34 millones de personas siguen sin trabajo en los países de la OCDE, y casi una de cada cinco se enfrenta al desempleo de larga duración. Sin embargo, los empresarios de la sanidad, la educación, la construcción y las industrias digitales siguen teniendo dificultades para cubrir sus vacantes, una paradoja que unos programas de formación bien financiados podrían ayudar a resolver.

En un momento en el que los mercados laborales se enfrentan a una gran transformación por la digitalización y la transición ecológica, los gobiernos están recortando los mismos programas que ayudan a los trabajadores a adaptarse. Esto es exactamente al revés: necesitamos aumentar la inversión en formación, no suprimirla.

— Veronica Nilsson, Secretaria General del TUAC

El declive ha sido especialmente grave en Suecia. Antaño líder mundial en política activa del mercado laboral, Suecia redujo drásticamente el gasto en formación de casi el 1% del PIB en 1992 a sólo el 0,06% en 2022. Alemania, Dinamarca, Noruega, Canadá, Irlanda y Nueva Zelanda han experimentado reducciones similares.

El TUAC sostiene que esta desinversión es económicamente contraproducente. El informe político destaca décadas de investigación que demuestran que los programas de formación ofrecen buenos resultados en materia de empleo en un plazo de dos a tres años, apoyando las transiciones hacia un trabajo mejor remunerado y más productivo. Los programas bien diseñados también alivian la escasez de mano de obra y reducen las presiones salariales inflacionistas.

Los sindicatos piden a los gobiernos que amplíen significativamente la formación profesional, den prioridad al apoyo a los desempleados de larga duración y ajusten los programas a las necesidades reales del mercado laboral. Con el ciclo presupuestario público de 2026 en marcha, los gobiernos tienen una oportunidad crítica para invertir el rumbo.